viernes, 31 de agosto de 2012

"Una rumbita se armó, una fea carcajada. Incombustible no sos, ¿como bancas ese infierno?. Soñas la hoguera donde siempre sos la leña. ¿Cuanto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad? Estás hundido a fondo, a fondo... Estas tomando de más, estas tolerando todo. Lastimas tu corazón porque ella te ha abandonado. Quedaste mordiendo el aire, solo y sin dolor. ¿Cuanto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad? Con tu tortura de TV, siempre así. La mujercita que amas, esa suave flor judoka, la va de maga zulú y combina tus venenos haciéndose la ingeniosa, odiosa, siempre fiel. ¿Cuanto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad? Estás hundido a fondo, a fondo... Mientras la vida se va, ay mientras la vida pasa. Sin darte cuenta ahí estas, con tu cara de colgado. Tu ángel guardián es, de todos, el más tonto que hay. Tenes la mejor mano para sellar tus labios..."

De una forma enroscada, la canción le da valor al titulo: La dicha no es una cosa alegre. La dicha del amor, no es una cosa alegre. Y no es que esté enamorado, creo que estoy lejos de eso. A lo sumo, estoy con ganas de estarlo, pero todavía falta algo. Alguien en realidad, alguien con quien compartirlo. No sirve si solamente uno se siente así, es necesario alguien más, alguien a quien le pase lo mismo. No voy a ser ni el primero, ni el único que se enamore de alguien que no lo vale. O por ahí si lo vale, pero evidentemente, no correspondía. Pero hoy siento que voy, otra vez, por el mismo camino. Tengo la costumbre de pensar que si pasó una vez, puede volver a pasar. Y pareciera que tropiezo, otra vez (valga la redundancia), con la misma piedra. Hoy parece que todo va encaminado a lo mismo, aunque espero que no. Espero darme cuenta de que no vale la pena volver a pasar por lo mismo otra vez, darme cuenta que con lo que ya pasé me tiene que haber alcanzado. Tengo una pregunta que me da vueltas siempre en la cabeza: ¿vale la pena jugársela? Lo único que se es que es algo complicado. ¿Vale la pena jugársela sabiendo que así como te puede salir bien y tener lo que queres, te puede salir mal y perderla? Hoy ya no se que vale la pena y que no, estoy perdido. Otra pregunta: ¿solo a mi me pasa eso de sentirme una carga? A veces, no puedo sentirme de otra manera. Debe ser que espero recibir lo que doy. Y, evidentemente, no lo recibo. Capaz estoy equivocado, y doy más de lo que debería dar, me preocupo más de lo que me debería preocupar. Al fin y al cabo, ¿quien se preocupa tanto por mi? Creo que yo solo, y ni siquiera me preocupo lo suficiente. Siempre preferí (y lo sigo haciendo) resignar una sonrisa mía, para que eso haga sonreír a otra persona (siempre que la persona me importe). No creo que esté mal, pero no se si mucha gente lo hace. Y ahora me pregunto: si nadie lo hace por mi, ¿por qué yo si lo hago por los demás? 
Bueno, me fui un poco de tema. Pero es básicamente eso: no quiero enamorarme si no va a valer la pena, aunque tengo la costumbre de encariñarme TAN rápido. Espero poder, y sino, bueno... será historia repetida.